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Subsanar las carencias en el ámbito del diagnóstico del VIH en niños pequeños
25 de octubre de 2016
25 octubre 201625 octubre 2016Para lograr los objetivos de Acción acelerada y poner fin a la epidemia de sida para 2030, deben
Para lograr los objetivos de Acción acelerada y poner fin a la epidemia de sida para 2030, deben eliminarse las nuevas infecciones por el VIH entre los niños. El VIH puede transmitirse de la madre al niño durante el embarazo, el parto y la lactancia, pero con el tratamiento antirretrovírico, las tasas de transmisión maternoinfantil pueden reducirse hasta el 5 % o menos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) promueve un enfoque integral para prevenir la transmisión maternoinfantil del VIH. Una parte importante de esta estrategia es proporcionar el tratamiento, la atención y la ayuda apropiados a las mujeres que viven con el VIH, a sus hijos y a otros miembros de la familia.
Desde 2005, gracias a unos eficaces programas que evitan la transmisión maternoinfantil, el número de niños seropositivos al nacer ha descendido en aproximadamente un 70 %. En 2015, dieron a luz unos 1,4 millones de madres que viven con el VIH y 150 000 bebés se infectaron por el VIH en todo el mundo. Los niños seropositivos presentan la mayor tasa de mortalidad en los tres primeros meses de vida, por lo que su estado serológico debe diagnosticarse con rapidez para que puedan recibir el tratamiento que necesitan.
Sin embargo, existen graves carencias en materia de diagnóstico. Solo el 51 % de los bebés expuestos al VIH en todo el mundo se someten a las pruebas a las seis semanas, la edad recomendada por la OMS. La mitad nunca recibe los resultados. Entre aquellos que dan positivo y reciben los resultados, solo la mitad recibe atención. Por tanto, de los 150 000 bebés seropositivos al nacer en 2015, solo la mitad se derivó a los servicios de asistencia.
UNITAD ayuda a acabar con estas carencias en el diagnóstico. A través de sus socios, UNITAID ha invertido más de 300 millones de dólares para ampliar la disponibilidad de unas tecnologías diagnósticas asequibles y de una calidad garantizada en los países con ingresos bajos y medios. De manera crucial, UNITAID realiza estas pruebas allí donde la gente necesita la atención, incluso en entornos lejanos, para garantizar que los pacientes más jóvenes reciban con rapidez el tratamiento que necesitan.
Las pruebas diagnósticas tempranas son adecuadas para los bebés, mientras que los análisis diagnósticos rápidos no son adecuados para ellos, ya que los anticuerpos de la madre pueden permanecer en la sangre de los niños hasta 18 meses después del nacimiento. UNAITAID tiene como objetivo comercializar estas pruebas de detección por menos de 30 dólares. Se tarda menos de dos horas en hacer los análisis, por lo que los bebés pueden obtener el diagnóstico ese mismo día y ser derivados de inmediato a los servicios de atención Esto reduce el número de niños cuyos resultados se pierden o se retrasan y ahorra costes en comparación con un diagnóstico más tardío.
Con algunos ajustes, las pruebas en el punto de atención de los niños podrían reducir aun más la mortalidad infantil. El director de operaciones de UNITAID, Robert Matiru, recalca la importancia de realizar las pruebas de manera habitual. "Las pruebas al nacer indican a los médicos si un bebé se ha infectado en el útero", afirma. "Pero si un niño se infecta al nacer, la seroconversión del VIH no se detectará en la sangre hasta semanas después. Es esencial volver a realizar la prueba a las 6 semanas, tal y como se recomienda".
Actualmente, UNITAID lleva a cabo proyectos para que las pruebas diagnósticas precoces en el punto de atención y los análisis de carga vírica estén disponibles y sean asequibles en 16 países africanos. Unas plataformas innovadoras, adaptadas a unos centros sanitarios descentralizados, facilitan que los profesionales sanitarios lleven a cabo diversos tipos de pruebas. UNITAID financia investigaciones operativas para comprobar que cada una de las soluciones sanitarias sea rentable, apropiada para el entorno y ampliable. A su vez, los conocimientos extraídos de este trabajo servirán para conformar directrices de tratamiento, planes y políticas nacionales de prevención y tratamiento del VIH y estrategias globales contra el VIH, retroalimentando un ciclo de programas cada vez más eficaces.