Conseguir la igualdad de género, la promoción del empoderamiento de las mujeres y el respeto de la salud y los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y las niñas son fundamentales para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, así como los objetivos fijados en la Declaración Política de las Naciones Unidas para poner fin al Sida de 2016.

Las cuatro décadas de respuesta al VIH han cosechado éxitos significativos. No obstante, falta mucho por hacer, especialmente en cuanto a garantizar que no se ignore a las mujeres y a las niñas. La desigualdad de género generalizada, el patriarcado y la discriminación socavan el progreso en la respuesta al VIH. Las jóvenes y adolescentes se enfrentan a una mayor vulnerabilidad a la infección por el VIH y cada semana 7 000 jóvenes (de entre 15 y 24 años) contraen el VIH.

La violencia de género es una epidemia mundial. Una de cada tres mujeres en todo el mundo ha sido agredida física y/o sexualmente por su pareja, o sufrido una agresión sexual por parte de otra persona, a lo largo de su vida. Los estudios muestran que, en algunas regiones, las mujeres a las que sus parejas agreden física o sexualmente tienen 1,5 más probabilidades de contraer el VIH.[1]Entre las mujeres que viven con el VIH la violencia doméstica puede llevar a la reducción del seguimiento y la adherencia del tratamiento antirretrovírico, y a una carga vírica mayor.[2]

El acceso a la educación, incluyendo la educación integral sobre sexualidad, y a los servicios de salud sexual y reproductiva son esenciales para apoyar que las mujeres sean autónomas y capaces. Cuando se empodera a las mujeres en la toma de decisiones, es más probable que negocien unas relaciones sexuales más seguras, que tengan más conocimientos en lo relativo al VIH y que usen preservativos. Además, la integración de los servicios de salud sexual y reproductiva con otros servicios sanitarios mejora el acceso a la detección, la prevención y el tratamiento de la tuberculosis y el cáncer del cuello uterino, por ejemplo, y mitiga el impacto de la violencia de género.

La Secretaría de ONUSIDA y los copatrocinadores, así como una serie de colaboradores entre los que se incluyen organizaciones de mujeres y de mujeres que viven con el VIH, trabajan para que todos los objetivos de la Declaración Política para poner fin al sida respondan a las necesidades de niñas y mujeres. Trabajan para garantizar que se respetan los derechos de las mujeres y niñas de cualquier parte, y que se las empodera para que puedan protegerse a sí mismas del VIH, así como garantizar que todas las mujeres y niñas que viven con el VIH tengan acceso inmediato al tratamiento y a la asistencia.


[1]WHO, 2013, Global and regional estimates of violence against women: Prevalence and health effects of intimate partner violence and non-partner sexual violence.

[2] Hatcher AM, Smout EM, Turan JM et al. Intimate partner violence and engagement in HIV care and treatment among women: a systematic review and meta-analysis. AIDS. 2015;29(16):2183–2194.

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