Declaración de prensa

ONUSIDA insta a los países a anteponer siempre los derechos humanos para poner fin a cualquier pandemia

Mensaje para el Día de los Derechos Humanos de Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA

Los invito a unirse a nosotros hoy, y todos los días, para celebrar este Día de los Derechos Humanos. Queremos, juntos, actuar para reformar nuestros sistemas, para recuperarnos mejor y para luchar por los derechos de todas las personas del mundo.

La crisis de la COVID-19 nos ha demostrado una vez más cómo, en situación de emergencia, los derechos humanos se vulneran demasiado rápido. Todas aquellas desigualdades que llevaban años ignoradas se han hecho más evidentes y se han exacerbado aún más durante la respuesta a la pandemia. Y tal y como ya aprendimos con la respuesta al sida, hoy sabemos mejor que nunca que solo los países que respetan, protegen y hacen realidad los derechos humanos son capaces de progresar, plantar cara a una epidemia y construir sociedades mucho más justas.

Los trabajadores sexuales, los gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, las personas transgénero y los consumidores de drogas fueron con mucha frecuencia el blanco de las fuerzas de la ley durante los confinamientos. Se vieron expuestos a un alto volumen de violencia, fueron relegados al olvido en el marco de la protección social y los mecanismos de apoyo financiero, y se les negó el acceso a los servicios sanitarios porque las organizaciones lideradas por la comunidad a menudo se consideraron no esenciales.

A día de hoy aún hay 69 países que criminalizan las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo. Otros 92 criminalizan la transmisión del VIH, su exposición y la no revelación del estado serológico. Por último, en 32 países las personas transgénero son víctimas de una enorme criminalización. Casi todos los países del mundo continúan criminalizando el consumo de drogas y todos los factores que rodean el trabajo sexual. Si hasta ahora no lo ha sido, en este momento debería ser evidente que no hablamos solo de un problema relacionado con el VIH, sino de una cuestión de igualdad y de uno de los principales derechos humanos.

El derecho penal es un instrumento fuerte y contundente. Por eso mismo ha de ser usado con gran cuidado y mesura. Cuando se emplea mal, daña en vez de ayudar y oprime en lugar de capacitar. Además, lejos de ser neutral, crea desigualdades y amplifica las ya existentes, lo que da lugar a una enorme discriminación.

Debemos transformar nuestros sistemas jurídicos y cambiar nuestras leyes. La ley debería estar a disposición de todos y proteger a todo el mundo. Es cierto que reformar las leyes nos llevará un tiempo. Pero no es excusa. Podemos empezar a actuar para imponer una moratoria sobre todos aquellos arrestos en los que las leyes penales y su cumplimiento vulneran y pasan por alto los derechos humanos internacionales.

En este Día de los Derechos Humanos, comprometámonos todos para poner fin a las desigualdades y las injusticias que alimentan el sida y todas las demás pandemias.

 

ONUSIDA es uno de los miembros fundadores de la Alianza Mundial para la Eliminación de Todas las Formas de Estigma y Discriminación Relacionados con el VIH, junto con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, ONU Mujeres, la Red mundial de personas que viven con el VIH y el Fondo mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria. Este año 18 países se han unido a la alianza. Ojalá que el próximo año seamos muchos más.

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