Comunicado de prensa

Un nuevo informe refleja la necesidad de actuar urgentemente para poner fin a la epidemia del sida de aquí al año 2030

Un nuevo informe del Secretario General de las Naciones Unidas advierte de que se podrían perder logros importantes si no se acelera la acción durante los próximos cinco años, e insta a los países a reaccionar anticipando inversiones e intensificando las medidas

NUEVA YORK, 25 de abril de 2016—Un nuevo informe publicado por el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, advierte de que la epidemia del sida podría prolongarse indefinidamente si no se aplican medidas urgentes durante los próximos cinco años. El informe, Acción acelerada para poner fin a la epidemia del sida, revela que la extraordinaria aceleración del progreso conseguido durante los últimos 15 años podría echarse a perder, e insta a todos los socios a concentrar sus esfuerzos para aumentar y anticipar inversiones a fin de garantizar que se pone fin a la epidemia mundial del sida como amenaza a la salud pública de aquí al año 2030.

"La respuesta al SIDA no solo ha generado resultados; también ha dado impulso a la aspiración de poner fin a la epidemia para 2030 y ha ofrecido una base práctica para lograrlo", afirmó el Sr. Ban en el informe. "Sin embargo, si nos conformamos con la situación actual, la epidemia repuntará en varios países de ingresos bajos y medianos. Las enormes inversiones que hemos realizado y el movimiento más inspirador del mundo a favor del derecho a la salud habrán sido en vano".

El examen del progreso se fija en los logros alcanzados, especialmente desde la Declaración Política de las Naciones Unidas sobre el VIH y el sida de 2011, que impulsó la acción uniendo al mundo en torno a una serie de metas ambiciosas para 2015. “El progreso alcanzado ha sido ejemplar”, afirmó el Sr. Ban en el informe. "El logro de dispensar terapia antirretroviral a 15 millones de personas que viven con el VIH nueve meses antes de la fecha límite de diciembre de 2015 constituye una importante victoria mundial". El informe destaca que la rápida ampliación del tratamiento ha sido uno de los factores que más ha contribuido a la reducción del 42 % en muertes relacionadas con el sida desde el máximo alcanzado en 2004, y señala que, gracias a ello, la esperanza de vida en los países más afectados por el VIH se ha incrementado considerablemente en los últimos años.

El informe subraya el papel fundamental que ha desempeñado la sociedad civil a la hora de afianzar muchos de los logros alcanzados y el liderazgo facilitado por las personas que viven con el VIH. Los esfuerzos realizados por la comunidad han sido clave para derribar muchos de los obstáculos afrontados al ampliar la respuesta al sida, entre ellos, llegar a las personas con riesgo de contraer el VIH con servicios para el VIH, ayudar a las personas a observar el tratamiento y reforzar otros servicios sanitarios básicos.

Cabe destacar el éxito obtenido a la hora de reducir las nuevas infecciones por VIH entre niños y niñas. En 2011, el ONUSIDA y sus socios publicaron el Plan mundial para eliminar las nuevas infecciones por VIH en niños para el 2015 y para mantener con vida a sus madres en la Reunión de Alto Nivel sobre el sida de la Asamblea General de las Naciones Unidas y, en solamente cinco años, de 2009 a 2014, las nuevas infecciones por VIH han descendido a la mitad en los países con el 90 % de todas las mujeres embarazadas que viven con el VIH. Aproximadamente 85 países están actualmente en situación de eliminar prácticamente las nuevas infecciones por VIH entre niños y niñas.

No obstante, en el informe el Sr. Ban también considera que las deficiencias en la implementación de la Declaración Política sobre el VIH y el sida de 2011 son preocupantes, revelando que pese a la aparición de nuevos enfoques y herramientas de prevención del VIH, los programas de prevención del VIH se han debilitado en los últimos años como consecuencia de un liderazgo inadecuado, una rendición de cuentas insuficiente y una menor financiación. Asimismo, señala que las nuevas infecciones por VIH descendieron únicamente en un 8 % entre 2010 y 2014.

El informe llama la atención sobre las regiones en las que siguen aumentando las nuevas infecciones por VIH, como Europa Oriental y Asia Central —donde el aumento fue del 30 % entre los años 2000 y 2014, principalmente entre las personas que consumen drogas intravenosas— y Oriente Medio y el Norte de África y la región de Asia y el Pacífico.

También resalta que las normas de género que perpetúan la desigualdad siguen prevaleciendo en muchas sociedades y que el VIH continúa afectando especialmente a las niñas y las mujeres jóvenes. De los 2,8 millones de jóvenes de edades comprendidas entre los 15 y los 24 años que viven con el VIH en el África Subsahariana, el 63 % son mujeres.

El informe subraya que pese al progreso conseguido en la ampliación del acceso a la terapia antirretroviral, cerca de 22 millones de personas todavía no tienen acceso al tratamiento. El informe atribuye el obstáculo más significativo que impide ampliar el tratamiento para el VIH al diagnóstico tardío, destacando que cerca de la mitad de todas las personas que viven con el VIH no conocen su estado serológico respecto del VIH. Esta situación recalca la urgencia de incrementar el acceso a las pruebas del VIH, especialmente para las personas que tienen un mayor riesgo de infección.

A pesar de los retos identificados en el informe, este alberga perspectivas esperanzadoras, afirmando que si el mundo es capaz de cambiar la situación actual, la epidemia del sida puede llegar a su fin como amenaza a la salud pública de aquí al año 2030. Para ello, el informe describe que la respuesta debe ser inclusiva y accesible y estar basada en los derechos humanos, además de centrarse en ampliar los servicios para las personas y los lugares que más los necesitan. Por otro lado, el informe enfatiza la necesidad de derogar leyes punitivas y políticas represivas que penalizan las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, a las personas que consumen drogas y a los trabajadores sexuales, puesto que estas leyes y políticas impiden el acceso a los servicios. 

"Debemos reforzar los enfoques basados en los derechos, incluidos aquellos que promueven la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres", afirmó el Sr. Ban en el informe. "Debe garantizarse el acceso a los servicios a las personas más afectadas, marginadas y discriminadas, incluidas las personas que viven con el VIH, las mujeres jóvenes y sus parejas sexuales en el África Subsahariana, los niños y los adolescentes en cualquier parte del mundo, así como los hombres gay y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, los trabajadores sexuales y sus clientes, las personas que consumen drogas intravenosas, las personas transgénero, las personas que están en la cárcel, las personas con discapacidades, los migrantes y los refugiados".  

El informe otorga una gran importancia a los vínculos entre la respuesta al VIH y el éxito de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), destacando los vínculos sólidos con el ODS 3 (garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos), el ODS 5 (lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas), el ODS 10 (reducir la desigualdad en el acceso a los servicios y los productos), el ODS 16 (promover sociedades justas, pacíficas e inclusivas) y el ODS 17 (revitalizar la alianza a favor del desarrollo sostenible).  

El informe señala que gracias a la ampliación de los recursos durante los últimos años se ha impulsado decididamente el progreso de la respuesta al VIH. Por otra parte, estima que en el año 2014 se disponía de 19 200 millones de USD en los países de ingresos bajos y medianos para la respuesta al VIH y que de aquí al año 2020 los recursos deben aumentar a una cifra estimada de 26 200 millones de USD a fin de lograr la meta de 2030 de poner fin a la epidemia del sida.

Asimismo, el informe insta a los países a adoptar el enfoque de aceleración del ONUSIDA para poner fin a la epidemia del sida, lo que exigirá alcanzar un ambicioso conjunto de metas de aquí a 2020. Estas incluyen reducir las cifras de personas con nuevas infecciones por VIH y de personas que mueren por causas relacionadas con el sida a menos de 500 000 al año, y eliminar la discriminación relacionada con el VIH. Para lograrlo, se debe alcanzar el objetivo de tratamiento 90-90-90 para el año 2020, según el cual el 90 % de las personas que viven con el VIH conocen su estado serológico, el 90 % de las personas que conocen su estado serológico positivo respecto del VIH acceden a tratamiento y el 90 % de las personas en tratamiento poseen un nivel de carga vírica indetectable.

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