Reportaje

Solo orgullo

04 de marzo de 2020

Ronie Zuze cree en el poder de la información. No solo le salvó a elle (Ronie prefiere utilizar pronombres y determinantes neutros), también tiene claro que puede cambiar otras vidas y mentalidades.

Su padre estaba eufórico cuando le dijeron que había nacido su primer hijo varón, Ronie. «Nací con genitales ambiguos, así que los médicos me asignaron género masculino», afirma Ronie, que creció como niño y vistió así hasta los 16 años.

«Ahí fue cuando mi cuerpo empezó a desarrollar algunos atributos femeninos, a pesar de que yo me consideraba chico», dice Ronie.

Su padre entró en pánico y le mandó a vivir a otra ciudad con su antigua esposa.

«Mi padre estaba muy confuso y temeroso por los estigmas y la discriminación», afirma Ronie, «así que me mandó fuera».

Su madre le avisó de que a partir de entonces tendría que ser una chica y de que tendría que tener cuidado con la gente. «Me prohibieron las fiestas de pijama y los deportes de contacto», recuerda Ronie, que cree que la vergüenza a su alrededor le llevó a una espiral de odio a sí mismo y negación. «Traté de suicidarme dos o tres veces y consumí cantidades ingentes de alcohol y drogas». Afirma Ronie.

Comenzó a buscar ayuda en internet con la idea de que habría otras personas en su misma situación. Esto le llevó a encontrar mucha información acerca de lo que significaba ser una persona intersexual.

Ronie descubrió que nacen con cualquiera de las posibles variaciones en las características sexuales, incluyendo cromosomas, gónadas o genitales que no encajan en las definiciones comunes de mujer u hombre.

«Toda esta información me capacitó para entender quién era yo», afirma Ronie. «Dejé de avergonzarme de quien soy».

La mayoría de personas involucradas estaban en Europa o Norteamérica. «Si entre el 1,7 y el 2% de la población son personas intersexuales, entonces sabía que tenía que haber más personas como yo en África», dice Ronie mientras se aparta una de sus rastas.

Ronie se unió a un grupo local de lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales. Al principio se identificaba como lesbiana, pero no se sentía a gusto con ello. Incluso la propia comunidad no comprendía a las personas intersexuales, afirma Ronie. Fue entonces cuando decidió convertirse en una voz para las personas intersexuales y en 2018 creó una organización, la Comunidad Intersexual de Zimbabwe. Ronie se considera una persona de género no binario.

«Como activista, empodero a otras personas intersexuales, hablo por la gente que no puede, les animo a sentirse orgullosos y les proporciono apoyo e información», afirma Ronie, que pasa mucho tiempo con otras personas intersexuales y con sus familiares cercanos. Recorren las calles y les piden a los padres que dejen a la naturaleza seguir su curso y no se apresuren en asignar un género u otro a sus hijos intersexuales. Creen que una persona intersexual debería decidir por sí misma cuando tienen edad suficiente para tomar esa elección.

«Sé que hay muchos estigmas e ideas equivocadas sobre los cuerpos de las personas intersexuales, pero los padres no han de temer», dice Ronie. «Quiero que las personas intersexuales sepan que no hay nada por lo que sentir vergüenza, solo orgullo».