Reportaje
Capacitando a las mujeres que viven con el VIH en Yibuti para que lleven una vida digna
25 de julio de 2019
25 julio 201925 julio 2019Zarah Ali (nombre ficticio) recuerda cómo las cosas cambiaron para mejor.
Zarah Ali (nombre ficticio) recuerda cómo las cosas cambiaron para mejor. «En 2014 recibí un préstamo de 40 000 francos yibutianos (250 dólares estadounidenses) que empleé para desarrollar y mejorar mi negocio de ropa. También me formé en materia de iniciativa empresarial, y adquirí conocimientos de marketing y satisfacción del cliente. Importo prendas de Dubái y Somalia, y obtengo unos ingresos decentes que me permiten mantener a mi hijo de 25 años, a mi hija de 16, que sigue en la escuela secundaria, y a mi hijo adoptado de tres años. Soy capaz de pagar el alquiler, la electricidad y el agua y, asimismo, puedo permitirme comidas decentes».
El préstamo de la señora Ali procedía de un programa de generación de ingresos establecido por el Programa Mundial de Alimentos en colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, ONUSIDA y la red nacional de personas que viven con el VIH en Yibuti (RNDP+, por sus siglas en inglés). El programa apoya la capacitación a largo plazo de las mujeres que viven con el VIH en la ciudad de Yibuti y les proporciona unos ingresos regulares. Gracias a ello, consiguen una seguridad económica, pueden comprar comida y mejoran su acceso a los servicios de atención sanitaria. Las actividades dirigidas a generar ingresos, como las apoyadas por el programa, presentan un enorme potencial para ayudar a las personas que viven con el VIH a adherirse a la terapia antirretroviral y optimizar sus resultados en lo referente a la salud.
Los préstamos, que van desde los 141 hasta los 438 dólares estadounidenses por persona, se conceden para empezar o crear un negocio minorista. Las beneficiarias, seleccionadas de entre dos redes de personas que viven con el VIH afiliadas a RNDP+ (ARREY y Oui à la Vie - Yes to Life), aprenden también a llevar un negocio. El apoyo del Gobierno en forma de políticas y leyes valiosas ha resultado vital para el éxito del programa.
Dekah Mohammed (nombre ficticio) lleva una vida muy satisfactoria tras haber recibido una ayuda procedente del programa de generación de ingresos. La señora Mohammed, que perdió a su marido como consecuencia del sida, vive con seis hijos. Tras perder su trabajo en el sector de la hostelería debido a su salud, cada vez más débil, y al estigma y la discriminación, empezó su propio negocio de ropa y recibió un préstamo de 50 000 francos yibutianos (equivalente a 313 dólares estadounidenses) para ampliar su empresa. En diez meses devolvió el préstamo. Desde entonces su negocio ha seguido creciendo, ahora vende también muebles y aparatos electrónicos, y ha contratado a un empleado. «Ya no soy en absoluto una mujer desesperada. Gano lo suficiente para cuidar de mi familia y de quienes dependen de mí», señala.
El programa ha mejorado la calidad de vida de muchas mujeres yibutianas, al permitirles recuperar su dignidad y garantizar su seguridad económica. Capacita a las mujeres y a las chicas para que puedan protegerse del VIH, tomar decisiones sobre su salud, vivir libres de la violencia y ser económicamente independientes.
Basado en la creencia de que el capacitar a las mujeres que viven con el VIH y a sus hogares para que sean económicamente independientes fortalece la adherencia al tratamiento y conduce a vidas más plenas y dignas, el programa apoya la contribución estratégica más amplia del Programa Mundial de Alimentos con el fin de acabar con el sida como amenaza de salud pública para 2030.
Copatrocinadores de ONUSIDA
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)Programa Mundial de Alimentos (PMA)