Reportaje

Los kioscos sanitarios están logrando ampliar los servicios relacionados con el VIH en Zimbabwe

18 de diciembre de 2019

Al recorrer Zimbabwe en coche un sábado o domingo cualquiera, se descubren muchos lugares dedicados al culto religioso. En algunos casos se trata de estructuras fijas, mientras que en otros son móviles. Algunos servicios religiosos se celebran incluso bajo árboles o en espacios abiertos.

Son muchas las personas religiosas que habitan en Zimbabwe. La comunidad apostólica es una gran secta religiosa que disuadía a sus miembros de buscar ayuda médica, incluidos los servicios del VIH, y apostaba por la oración como cura. Como consecuencia de ello, muchas personas contrajeron enfermedades prevenibles que, sin embargo, las llevaron a la muerte. No obstante, desde la puesta en marcha de los llamados kioscos sanitarios, la comunidad está animando a sus miembros a acceder a la atención sanitaria.

David Adashe (nombre ficticio), un líder apostólico en Gokwe Norte, explicó que los servicios sanitarios prestados por voluntarios de la Iglesia formados por el ministerio de sanidad de Zimbabwe ayudaron a su congregación a acceder a la tan necesitada información referente a la prevención del VIH. Describió ese proceso como «un paso de la oscuridad más absoluta a una claridad total».

El Sr. Adashe comentó cómo había cambiado el punto de vista de su congregación respecto a la búsqueda de asistencia en materia de salud procedente de las instalaciones sanitarias. Ahora salen a buscar atención médica, reciben asesoramiento procedente de voluntarios preparados para ello y son derivados a centros sanitarios cuando requieren servicios adicionales. «Yo era muy ingenuo y me negaba a tomarme en serio las cuestiones relacionadas con la salud. Sin embargo, ahora, desde que apareció el programa de los kioscos sanitarios, me siento más capacitado. Ahora soy yo quien anima a mi familia a que acceda a los servicios sanitarios que le puede ofrecer la clínica», cuenta.

Desde marzo de 2018, World Vision Zimbabwe, en colaboración con el ministerio de salud y atención a la infancia, ha capacitado a los líderes confesionales como el Sr. Adashe y a los voluntarios de la Iglesia impartiendo cursos de formación y creando espacios seguros a través de los cuales acercar la información y los servicios sanitarios a sus congregaciones.

Un voluntario de un kiosco sanitario en Gwanda señalaba que «como voluntario, observé que, antes, para algunas personas resultaba difícil el viajar a la clínica de su localidad por sí mismos en busca de asistencia médica. Pero, ahora, desde el inicio del programa, resulta sencillo, ya que, con los kioscos sanitarios, tienen acceso a la información justo al salir de su casa».

Muchos de los centros de culto que participan en el programa de los kioscos sanitarios reconocen haber visto cómo, gracias a dicho programa, se ha triplicado el acceso al tratamiento del VIH y a la información sanitaria. La mitad de las personas que solicitó información referente al VIH se realizó la prueba y obtuvo sus resultados. Aquellos cuyos resultados fueron positivos iniciaron una terapia antirretrovírica y recibieron apoyo para ser atendidos por voluntarios de la Iglesia formados para ello.

Los líderes confesionales y los voluntarios de la Iglesia desempeñan un papel clave a la hora de controlar la epidemia del VIH. Atienden a sus miembros, crean espacios seguros para el intercambio de información y se ganan la confianza de las personas. El contacto periódico con las congregaciones permite a los voluntarios cubrir la brecha existente en los servicios para llegar a quienes más ayuda necesitan. Los kioscos sanitarios sirven asimismo como plataformas efectivas y sostenibles para acercar a las comunidades religiosas y no religiosas con el fin de abordar las necesidades sanitarias de sus miembros y proveer espacios seguros en los que tratar otras cuestiones relacionadas con la salud.

«Los hallazgos realizados por el programa de los kioscos sanitarios son prometedores en cuanto a la erradicación de la epidemia del VIH. Este es un ejemplo clave de respuestas lideradas por, para y dentro de las comunidades religiosas, en el que se ve cómo las comunidades proporcionan espacios seguros para sus miembros y les prestan apoyo. Estos tipos de respuestas son esenciales para acabar con las nuevas infecciones por el VIH y con las muertes relacionadas con el sida, y resultan vitales para hacer realidad el objetivo de la cobertura sanitaria universal», recalcó Laurel Sprague, responsable del departamento de movilización y apoyo a las comunidades, justicia e inclusión social de ONUSIDA.