Reportaje
La reducción del daño en Bielorrusia cambia su vida
18 de julio de 2017
18 julio 201718 julio 2017La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible amplía lo que se ha estado haciendo
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible amplía lo que se ha estado haciendo en la respuesta al sida a lo largo de 30 años, un enfoque multisectorial, basado en los derechos y centrado en las personas, que aborda los factores determinantes para la salud y el bienestar. Las historias personales de esta serie ponen de relieve las conexiones entre el VIH y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) relacionados, y cada una se narra desde la perspectiva personal de los afectados por el VIH. La serie ofrece una imagen de cómo se relaciona el VIH y los ODS, y cómo estos son interdependientes entre sí. Lo más importante es que estas historias nos muestran los avances que hemos logrado en la respuesta al sida y lo lejos que hemos llegado en los ODS.
Después de casi 15 años consumiendo drogas inyectables, Sergey había perdido toda esperanza. Todos sus intentos de superar su adicción habían fracasado estrepitosamente.
En 2009, en un último intento, se inscribió en el Programa de Terapia de Sustitución de Opiáceos de Biellorrusia.
“Mi familia no creía que este programa me fuera a ayudar y solo lo veían como otro intento más de dejar la droga abocado al fracaso”, cuenta Sergey.
El mayor reto, explica, fue demostrarles a los médicos y a su familia que de verdad quería dejar de consumir drogas inyectables y de que el programa le iba a ayudar a superar su adicción.
Cada día acude al centro de terapia de sustitución de opiáceos (TSO) de Minsk para recibir su dosis prescrita de metadona, que le ayuda a mitigar su dependencia a los opiáceos.
Un amigo que vivió en Alemania le habló de la reducción del daño y de la terapia de sustitución, pero nunca habría pensado que un día iba a estar disponible en Bielorrusia.
Sergey es una de las casi 900 personas inscritas en el programa de TSO, que se inició en 2007 gracias a la financiación del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria. Incluye el suministro de metadona bajo supervisión médica estricta, revisiones médicas frecuentes, asistencia psicológica y la atención de los trabajadores sociales. Además, esta terapia ayuda a las personas que viven con el VIH y que antes se inyectaban drogas a cumplir el tratamiento antirretrovírico.
Hoy ya hay 19 centros gubernamentales de TSO en Bielorrusia, pero siguen dando cobertura solamente al 5% de las personas que se inyectan drogas en el país. Bielorrusia quiere aumentar la cobertura al menos al 40% de las personas que se inyectan drogas para reducir el número de nuevas infecciones por el VIH entre este colectivo.
En el caso de Sergey, el programa le ayudó a cambiar por completo su vida. Consiguió un trabajo y consiguió mantenerlo y, de pronto, tenía planes para su propio futuro.
ODS 3: garantizar una vida saludable y promover el bienestar de todos sea cual sea su edad
La buena salud es un requisito previo para avanzar hacia el fin del sida. Garantizar una vida saludable y promover el bienestar de todos, sea cual sea su edad, incluyendo las personas que viven con, o están en riesgo de, infección por el VIH, es fundamental para el desarrollo sostenible. Por ejemplo, para poner fin a la epidemia de sida con éxito se va a necesitar una ampliación inmensa de los servicios sanitarios, con una especial atención hacia los servicios comunitarios, y que se garantice que tras diagnosticar a la gente se les ofrece un tratamiento (incluidos los tratamientos adecuados para bebés, niños y adolescentes) y apoyo y supervisión habitual para las personas que toman medicamentos antirretrovíricos. La eliminación de la transmisión maternoinfantil del VIH depende de que se proporcione tratamiento inmediato a las mujeres embarazadas que viven con el VIH, de que los servicios para el VIH y los servicios de salud sexual y reproductiva se integren y de que se involucre a los hombres en los servicios de prevención y de tratamiento.
El aumento de la integración de servicios atendiendo a las necesidades de las personas (ya sea combinando los servicios para el VIH y los de la tuberculosis, o procurando servicios del VIH y de salud sexual y reproductiva adaptados a los jóvenes) abre el camino de la remodelación para que los servicios sanitarios para el VIH sean, como poco, eficaces, accesibles y equitativos. Solo se puede poner fin al VIH promoviendo el derecho de las personas a acceder a los servicios sanitarios de la mejor calidad y sin discriminación.
Las siguientes historias exploran cómo de estrechamente unidos están el ODS 3 (garantizar una vida saludable y promover el bienestar de todos, sea cual sea su edad) y poner fin al sida. La capacidad de cualquier persona para desarrollar sus diferentes roles familiares, comunitarios, sociales y económicos, pasa por la protección y el mantenimiento de una buena salud. La historia de Mona relata su lucha contra el VIH y la tuberculosis, contra la discriminación, y por defender el derecho de que a uno se lo trate de manera justa y con dignidad. Lidia trabaja con los colaboradores de los servicios sanitarios, del sistema sanitario de la comunidad y del sector privado para garantizar que las recolectoras temporeras de café reciben la información y los servicios que necesitan para evitar la transmisión maternoinfantil del VIH. Sergey describe su experiencia de cómo un programa de reducción del daño le ayudó a superar su adicción y a adherirse al tratamiento antirretrovírico. Christine cuenta su historia de cómo, como trabajadora comunitaria de la salud, llega a las mujeres dónde y cuándo la necesitan para evitar la transmisión maternoinfantil.
Región/país
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