Reportaje

Seguir hablando del VIH con los jóvenes

11 de agosto de 2017

 

Aunque las nuevas infecciones por el VIH y las muertes por el sida entre los jóvenes han descendido, en muchos sitios la información sobre cómo prevenir el VIH sigue siendo alarmantemente escasa. En la víspera del Día Internacional de la Juventud ONUSIDA habló con cuatro jóvenes sobre los retos a los que se enfrentan en relación al VIH.

Pavel Gunaev tiene 16 años y viven en San Petersburgo, donde participa en Teenergizer!, una red juvenil de adolescentes y jóvenes que viven con el VIH. Pavel explica que en su ciudad los jóvenes no están concienciados sobre el VIH.

“El sida no es algo de lo que se hable, así que los jóvenes no conocen los riesgos ni saben cómo protegerse del VIH”, cuenta. “El resultado es que muchos jóvenes desinformados están actuando y tomando decisiones basándose en habladurías”. Pavel cree que si todos hicieran más por informar a los adolescentes y a los jóvenes y por arrojar luz sobre los mitos entorno al VIH, se podría poner fin al sida.

Chinmay Modi nació con el VIH hace 23 años. Es miembro de la Coalición Nacional de Personas que Viven con el VIH en la India y coordinador del Youth LEAD Asia Pacific Network.

“El mayor problema está en concienciar y en dar a los jóvenes información adecuada para su edad”, afirma. Según su punto de vista, los padres se sienten incómodos hablando a sus hijos de sexo, y la sociedad también lo evita. Como consecuencia, explica, los jóvenes mantienen relaciones sexuales y experimentan cosas nuevas sin saber los riesgos que están asumiendo.

“Se debe promover el uso de preservativos, y los colaboradores deben fomentar el empoderamiento de los jóvenes para que cada cual puedan asumir su responsabilidad”, dice Chinmay. Otra de las cosas que le frustran es que en la India la gente joven no tiene acceso a servicios para el VIH libres de estigma.

En su opinión, el autoestigma pone aún más difícil la lucha contra la discriminación, la violencia y las desigualdades relacionadas con el VIH. Ese es el motivo, explica, por el que quiere que más personas compartan sus historias y sean positivas como seropositivas.

Moises Maciel no podría estar más de acuerdo con Chinmay. Es un activista por las personas LGBT y el VIH de 20 años. Se hizo miembro de la Red Nacional de Jóvenes y Adolescentes que Viven con el VIH/Sida en Brasil  hace dos años tras descubrir que era seropositivo. Desde entonces no ha cejado en su empeño de poner fin al estigma relacionado con el VIH. También se ha esforzado por animar a otros jóvenes para que se hagan las pruebas.

“Los jóvenes todavía corren un gran riesgo de infección por el VIH debido a diversos factores, como la marginación social en base al género o las desigualdades raciales”, afirma. “En Brasil los jóvenes transgénero y los gais son especialmente vulnerables”, explica.

Cuenta que no puede entender que siga habiendo estigma y prejuicios pese a que las personas que viven con el VIH gozan de buena salud gracias al tratamiento antirretrovírico. “Tenemos que empezar a hablar a los jóvenes de una manera abierta y responsable sobre la sexualidad, las infecciones de transmisión sexual, los embarazos en la adolescencia y las responsabilidades en sus vidas”, dice Moises.

Lorraine Anyango, una defensora de la salud y los derechos de los jóvenes de Boston, trabaja para que se escuchen las voces de los jóvenes, especialmente en cuanto al VIH.

“Los jóvenes siguen estando excluidos de los ámbitos y de los debates sobre los problemas que afectan a sus vidas”, apunta Lorraine. “Se sigue sin reconocer su autonomía como seres humanos individuales, y eso les hace vulnerables ante el riesgo de infección por el VIH”.

Según ella, la participación de los jóvenes en las decisiones que afectan a su salud puede contribuir a fortalecer la efectividad de las respuestas a nivel nacional, ya que garantiza que los programas responden de manera eficaz a sus necesidades. Lorraine concluye diciendo, “Reconocer la salud y los derechos sexuales y reproductivos de los jóvenes y seguir hablando del VIH nos situará más cerca de poner fin al sida para el 2030”.