Reportaje

Hablando claro: sacar los preservativos a la luz

05 de octubre de 2016

"Quiero triunfar en el mundo empresarial " dice Millicent, de 19 años, a la que todos llaman Milly. Esta estudiante de marketing de la Universidad de Botswana rezuma sofisticación y confianza en sí misma.

Pero Milly no ha estado siempre tan segura de tomar las decisiones adecuadas. No siempre se ha sentido capaz de protegerse de las infecciones de transmisión sexual, incluido el VIH, ni de un embarazo no deseado. Le avergonzaba que la vieran como una persona sexualmente activa y no se sentía cómoda recibiendo los preservativos gratuitos en un centro sanitario del gobierno. Y su novio, Peter, se sentía cohibido al comprar preservativos en la farmacia, por lo que no siempre tenían relaciones sexuales con protección.

Milly dice que la gente suele vincular el uso del preservativo con la promiscuidad. "Existe un estereotipo sobre los adolescentes que utilizan preservativos", explica. "Se dice que los preservativos son para adultos. La gente no quiere hablar de ellos". En la clínica "no podías simplemente entrar y tomar uno", explica. "Te criticaban por ser joven y querer preservativos".

Los padres de Milly solo le ofrecieron una información muy general sobre la prevención del VIH, incluso a pesar de que su padre es médico. Las normas culturales de Botswana impiden que padres e hijos hablen abiertamente sobre sexo; se presupone que si los adolescentes conocen los preservativos, "querrán experimentar", dice Milly. Ella y Peter leyeron un poco sobre los preservativos, pero aun no sabían bien cómo utilizarlos. "Sabíamos que nos estábamos arriesgando", declara.

Milly y Peter pertenecen al grupo de edad, el de entre 15 y 24 años, con mayor riesgo de infección por el VIH y ONUSIDA informa de que las mujeres de entre 15 y 24 años tienen el doble de probabilidades que los hombres de vivir con el VIH. Kabo Ngombe, del Ministerio de Sanidad de Bostwana, afirma que la reticencia a hablar de los preservativos es uno de los motivos por el que los jóvenes no los utilizan más. "Muchas personas conocen el VIH y los métodos de prevención, pero no cambian su comportamiento", declara. "Los jóvenes carecen de modelos que imitar. Sus padres no les hablan del VIH. Prefieren aprender de otros jóvenes".

Esto es lo que le pasó a Milly. Un día vio un camión de colores brillantes avanzando lentamente por la calle con la palabra CONDOMIZE! pintada en un lateral y rodeado por una animada multitud de jóvenes. De pie sobre la plataforma del camión había otros jóvenes, todos con camisetas blancas con las palabras "Love Smart! Play Safe! CONDOMIZE!”  escritas sobre el pecho en letras rosa chillón. También llevaban cascos rosas en la cabeza. Sonaba música rock mientras invitaban cálidamente a los transeúntes a subir e informarse sobre los informativos.

"Ese camión arrastraba a toda una muchedumbre", dice Milly. "Yo quería saber quiénes eran y qué hacían en nuestra comunidad. ¡Resultó que estaban educando a los jóvenes sobre cómo utilizar los preservativos! ¡Y que eran jóvenes como yo! Como adolescente, quiero que otros adolescentes me den información, no que alguien me critique. Fue genial!"

Hasta la fecha, este camión y otro más pequeño han recorrido 2000 kilómetros por todo Botswana. Son una importante atracción de la campaña nacional CONDOMIZE!, iniciada en junio de 2014 por el Fondo de Población de las Naciones Unidas para la Población y el Proyecto Condom para llamar la atención sobre los preservativos de un modo amigable, cordial y divertido que atrae a jóvenes como Milly. Los jóvenes del camión eran algunos de los 35 voluntarios locales formados para educar a sus iguales acerca de los preservativos. Botswana es uno de los seis países africanos en los que se desarrollan las campañas CONDOMIZE! desde 2011.

El camión aparcó en un parque donde se había instalado una mesa con brillantes expositores de preservativos y la muchedumbre siguió agolpándose. El equipo CONDOMIZE! repartió cajas llenas de preservativos de colores y paquetes de lubricantes de base acuosa y animaba a todos a servirse. "Fue increíble", dice Milly. "No sabía que existían preservativos de colores". Los preservativos que vio ese día eran de muchas variedades y colores, de diferentes colores y texturas (estriados, punteados, etc.), diferentes grosores y atrayentes aromas (plátano, fresa, chocolate) y con un atractivo envase. Por contra, los preservativos gratuitos del gobierno son de una sola talla, forma y color: naranja. Se consideran inferiores porque no son de marca y la gente dice que huelen mal y se rompen con facilidad.

Pero los nuevos preservativos se repartieron como rosquillas. "Yo cogí un montón", dice Milly con una risilla. "¡Fue tan divertido!" Todo el mundo estaba muy sorprendido, muy impresionado y muy contento de que esa campaña les informara y les diera preservativos gratuitos"".

En la actualidad, Milly y Peter utilizan preservativos de manera habitual y correcta, incluido el preservativo femenino, que era nuevo para ellos. Disfrutan de una gran variedad de texturas, colores y aromas, así como de los lubricantes, que no conocían antes. Milly se ha cruzado con otros eventos CONDOMIZE! desde entonces y cuenta con un buen suministro de preservativos.